La literatura en sí misma es un acto de compartir
El escritor hace partícipe al público de una historia, un mensaje o un código. El lector
se hace cómplice y dedica parte de su tiempo a lo que el autor ha querido
transmitir. Si ambos conectan a través de la narración, lo más probable es que
el libro crezca. Alguien lo recomendará o lo regalará involucrando a una
tercera persona con la que merece la pena compartir ese relato. El propio ciclo
es ya en sí mismo extraordinario.
Pero se vuelve mágico cuando además el libro viaja y guarda
tras sí otras historias más allá de las que aparecen impresas sobre el papel.
Los asiduos a las librerías de segunda mano ya participan de esta filosofía
rescatando ejemplares que en otro tiempo pertenecieron a quién sabe quién. Algunas ciudades como Heidelberg tienen estanterías situadas
en la vía pública (concretamente en la ajetreatada Hauptstraße) en las que se
produce un tráfico constante de libros entre quienes se llevan a casa
ejemplares y quienes los dejan para el disfrute de otros lectores. Siguiendo la
misma línea, se encuentran también las liberaciones de libros que desde hace más
de 10 años se llevan a cabo en diferentes puntos del planeta con el objetivo de
expandir las historias hacia límites indefinidos.
Tercera Gran Liberación Mundial de Libros
Mañana 21 de marzo tendrá lugar una nueva liberación. El Club de los Libros Perdidos ha lanzado a través de Internet una nueva convocatoria a nivel internacional
que pretende fomentar la circulación de libros a través de una cadena invisible
de lectores.
El planteamiento es sencillo. Cualquier persona podrá ceder voluntariamente
el libro que desee liberar depositándolo en un espacio público (parques,
museos, paradas de autobús, cafeterías o cualquier otro lugar de acceso
general) junto a una nota en la que deben aparecer los siguientes datos:
- El libro forma parte de El Club de los Libros Perdidos
- Quien lo encuentre será su propietario hasta que una vez leído, vuelva a ser puesto en libertad.
- Día y lugar donde fue depositado el ejemplar.
De este modo se incentiva que el nuevo propietario del libro
entre en contacto con el movimiento y empiece a participar en él volviéndolo a
liberar tras su lectura. Especialmente interesante es la posibilidad de
realizar un seguimiento sobre los lugares por los que ha viajado cada ejemplar,
por lo que es recomendable enlazar esta iniciativa con la de BookCrossing.
BookCrossing. El mundo como biblioteca
El propio acto de abandonar libros en lugares públicos con
el objetivo de que nuevos lectores los rescaten y los mantengan vivos se conoce
como bookcrossing. El término fue
acuñado por la plataforma homónima que comenzó con este movimiento en 2001 en
Estados Unidos, y que permite realizar un seguimiento de los libros que se han
prestado a través de la iniciativa.
La manera más adecuada de liberar un libro pasa por
registrarlo en la plataforma (http://www.bookcrossing-spain.com)
y obtener el BCID (número de identificación) que pasará a formar parte de la
base de datos que alberga todos los ejemplares liberados. A continuación el
propietario del ejemplar identificará con el BCID el libro del que se va a
desprender, bien escribiéndolo en el propio libro, bien adhiriéndole una
etiqueta en la que se hace referencia al código y a la plataforma en la que
está registrado.
Cuando alguien encuentre el ejemplar deberá notificarlo en
la web. Así podrá además puntuar o compartir su opinión sobre él y realizar un
seguimiento de las veces que ese libro ha sido liberado y de los lugares que ha
recorrido. Asimismo, la plataforma facilita alguna información que revela datos sorprendentes: en los últimos 3 días se han liberado en
España 1.367 libros que aún están por capturar.
La trayectoria que haya tenido cada ejemplar solo dependerá
de cuántas veces ha sido leído y vuelto a liberar, por lo que queda en manos de
los lectores que el libro acumule más historias de las que caben en sus propias
páginas. Mañana Pedro Páramo saldrá
de mi estantería destino a algún lugar de la ciudad, donde le espera un futuro
propietario que aún no sabe que lo es. Ánimo para quién aún no se haya atrevido
a dejar que algunos de sus libros sean libres, y enhorabuena a todos los que
volváis mañana a casa con una nueva historia bajo el brazo.
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